Ante mí se despierta la ciudad infinita, grande como nunca y tan iluminada como siempre.
La gente camina despreocupada rumbo hacia ningún lugar. No se escucha ningún ruido, salvo los pasos de una multitud marchando.
Los árboles cobijan a los pájaros que cantan una linda melodía. En el cielo brilla el sol; un sol rojo, más rojo que nunca. En la ría zarpan los barcos, los barquitos y demás seres marinos cara nuevas exploraciones.
En mi mano tengo un racimo de cerezas verdes que nunca se acaba por mucho que las arranque.
Infinito...
Yo quiero de esas cerezas inacabables... la vida sería mejor así ;)
ResponderEliminarTe sigo!
Infinito como el tiempo, las almas, el amor, qué sé yo :D
ResponderEliminar¡Un deleite leerte!