martes, 23 de noviembre de 2010

Cómaros de hielo

Sin conocer a Apollinaire, juego a hacer caligramas.
Contando chistes a la nada.
Cansada de caminar tanto, ya me duelen los pies. Este camino es demasiado largo para mi, pensé.
Me gusta cantar al aire.


Jugando con las estrellas hasta altas horas de la madrugada.
Me suelo quedar dormida en las nubes.
Quiero pasar el invierno en Moscú
donde el sol y la luna forman uno.


Hablando idiomas desconocidos
que no sé donde aprendí.
Nada tiene límite pero
el cielo es demasiado pequeño.


Aunque nadie diga jamás
yo digo nunca.
Aunque ellos digan si
yo te diré quizás.




Reuniendo estrellas en la mano y cambiando las luces rojas que iluminan la calle.

3 comentarios:

  1. Mejor vente a Siberia y charlamos por horas, ya sea con o sin sol :D

    ¡Gracias a ti por iluminar mi vida, bella!

    Un gran abrazo.

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  2. Valió la pena haber entrado para leer tan buena entrada.
    Como siempre, un placer leerte.

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  3. Una buena manera de demostrar que lo gélido también produce calor y ternura.

    Biquiños.

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