Alicia En El País De Nunca Jamás

-Después de haber caminado durante todo este tiempo, me he dado cuenta de que no estoy cansada y que quiero caminar más y más hasta llegar a Roma.
Quiero pintar en un mapamundi, el camino que han hecho mis pies para que todo el mundo pueda recordarlo. 
Eso me decía todos los días cuando me levantaba de la cama y me dirigía a la cocina con olor a café dulce. Pero cuanto más trataba de convencerme, menos creía en mis palabras. Lo cierto es que ya estaba cansada, demasiado cansada para seguir aguantando lo que me deparaba el destino. Todo mi mundo se iba desmoronando poco a poco, como si de un castillo de naipes se tratase. Unos naipes, que balanceados por un viento suave, desaparecían sin dejar rastro. Algún día yo también quiero ser Alicia y vivir en El País de Nunca Jamás, allí no podría perderme y el tiempo se pararía para no despertar.
Me gustaría ver un soplo de azufre sobre tu piel y tocar una piedra con los ojos y así sabría que he llegado al borde del abismo.
Hoy me he levantado, he llegado a la cocina pero esta vez no había café. En su lugar había una brújula. Una brújula que me ayuda a no perderme nunca.

Al fin he pintado mis huellas en el mapamundi pero ha sido en el mapamundi de mi vida.